La Comunicación Política (I)
Si vivimos la era de la sociedad del conocimiento, ésta es solamente posible porque conocimiento y comunicación están cada vez más unidos.
jueves, 10 de mayo de 2012 - 42561 vistas
Comunicar no es sólo una más de las facultades del ser humano sino que es, tal vez, la más importante y creativa. A partir de la comunicación expresada en las distintas formas del lenguaje humano, nuestro pensamiento, nuestro inconsciente y también nuestras pulsiones, se transforman en mensajes destinados a ser percibidos sensorialmente por un “receptor”, que puede ser otro ser humano o, también, otros seres que habitan el universo conjuntamente con el homo sapiens-sapiens.
Los seres humanos establecemos tres tipos de relaciones en nuestra existencia: con nosotros mismos, con los demás y con la naturaleza de la que formamos parte, pero de la que nos hemos separado por la especificidad de nuestra existencia: somos capaces preparar nuestros alimentos, fabricar herramientas, escribir y leer, pensar, razonar, calcular, discernir, investigar, hacer filosofía, historia, ciencia, tecnología, arte, deportes y grandes e incesantes cambios. Somos, del asimismo, capaces de investigarnos/estudiarnos a nosotros mismos. Hemos descubierto el genoma humano y a lo largo de nuestra historia hemos interpelado a la naturaleza -de la que formamos parte- transformándola y transformándonos con ella.
La relación-comunicación del ser humano consigo mismo es un tema complejo que abarca diversas disciplinas científicas entre las que se encuentran la psicología y la comunicación. Esta comunicación del hombre consigo mismo es clave porque este conocimiento ha hecho posible –a través de una fuerte disciplina- establecer una comunicación interna, un conocimiento de las estructuras fisiológicas, psíquicas y psicológicas, afectivas y espirituales a través de las cuales se establece una armonía interna que condiciona una mejor comunicación con los demás. El ser humano es lo que percibe, siente, piensa y hace consigo mismo. Eso lo comunica a los demás. Es el filtro comunicativo más importante para la percepción de la realidad externa.
La comunicación con la naturaleza, por ende, implica conocerse así mismo –somos parte de la evolución lo que no contradice las creencias religiosas- y entender el mundo del que hemos salido, del que formamos parte pero del cual hemos producido un gran divorcio pues a partir de la modernidad se formularon hipótesis a la naturaleza y se actuó para transformarla. Frente a ella hay dos posturas en el mundo postmoderno: volver a una comunicación naturalista que tiene en uno de sus extremos al eco-fascismo de izquierda y de derecha; y una posición equilibrada que nos ubica como parte de la naturaleza, pero frente a la cual podemos actuar transformándola con responsabilidad para evitar continuar una comunicación depredadora y destructiva con ella. Una nueva comunicación con la naturaleza, respetándola y escuchándola, implica un conocimiento profundo y transformador, y no una vuelta al estado de la naturaleza en la que el ser humano vuelve a sus inicios.
La comunicación humana, a través del lenguaje, ha creado y transformado todo lo que existe. El ser humano ha creado el mundo exterior y lo crea cotidianamente a través del lenguaje. El ser humano habita en el lenguaje, en sus palabras, en sus creaciones comunicacionales más sublimes así como en las paupérrimas que expresan el grado de desarrollo cultural. Al crear el lenguaje, al comunicar, el ser humano crea la realidad y, por ende, la relación con los demás.
El lenguaje humano en su capacidad creativa es infinito y se manifiesta a través de la palabra pero no sólo a través de ella. El lenguaje humano abarca la palabra, el cuerpo y sus diversas manifestaciones.
Cuanto más evolucionada, desarrollada y avanzada es la sociedad humana más rico, complejo, amplio, variado y creativo es el lenguaje humano expresado en el lenguaje cotidiano, en la literatura, la música, las artes plásticas, la cinematografías y diversas técnicas que se crean, sobre todo luego de la incesante revolución científica y tecnológica, la informática, la computación, internet, la telefonía, la televisión, el vídeo, las páginas Web, el cine y las diversas técnicas y formas artísticas dedicadas a la comunicación.
Si vivimos la era de la sociedad del conocimiento, ésta es solamente posible porque conocimiento y comunicación están cada vez más unidos. Estamos en la era de la comunicación humana, en la fase de la sociedad humana globalizada, en la que van cayendo -pese a las enormes resistencias que alcanzan niveles de intolerancia y fanatismo- cada vez más los prejuicios, los temores y las reacciones ante un mundo que demuestra que los seres humanos son uno. Las guerras religiosas, la resistencia cultura, el nacionalismo extremo, en suma el choque de las civilizaciones, son una forma extrema de resistencia a los grandes cambios de la sociedad humana en la globalización y el gran mercado mundial que nos une mas a todos.
Ante tanta maravilla y creatividad humana, sin embargo, crece el escepticismo ante la paradoja de la comunicación incesante pero cada vez más bloqueada por los propios intereses en conflicto dentro de las sociedades que están en permanente evolución, contradicción y cambio. Lo único que no cambia es el cambio. Todo cambia, todo evoluciona, todo está en permanente transformación pero ese avance transformador tiene que superar los obstáculos que resisten la evolución de la sociedad.
La comunicación humana parte de los sentidos. Los seres perciben y son percibidos. Todo es mensaje y todo es percepción. Todos los seres emiten mensajes y reciben mensajes. Y las respuestas frente a los mensajes son diferentes. En realidad el ser humano es un perceptor porque percibe los mensajes en los que es receptor y emisor simultáneamente. No es un receptor simple y neutro. El ser humano, dependiendo de la educación y la cultura, decodifica y reelabora los mensajes que le sirven de retroalimentación. Por ello, en el estudio de la comunicación humana y en la de otros animales, es posible entender que hay infinitas formas de comunicación y diversas estrategias frente a los mensajes que se reciben y que se emiten. Los mensajes pueden ser conscientes o inconscientes y pueden ser activos o reactivos. Las ciencias descubren cada vez más nuevos conocimientos sobre el lenguaje y la comunicación humana.
En la comunicación humana existen mecanismos para comunicar con la verdad o usar el lenguaje para incomunicar. Platón y Aristóteles pensaban que el lenguaje sirve para comunicar algo, a los otros, sobre las cosas. Aristóteles descubrió que el lenguaje puede servir también para ocultar algo sobre las cosas. El lenguaje que sirve para comunicar puede servir también para incomunicar que es una forma de comunicación que busca ocultar o dar una percepción determinada de las cosas. Existe el ruido comunicacional resultado de las distintas formas de bloquear, desinformar, incomunicar en suma.
La comunicación humana ha crecido con una base ética. Por ello es que desde el momento en que la filosofía a través de la ética estudia la conducta humana –la comunicación en ella- y se pronuncia por las virtudes, los valores, el bien y el mal, la felicidad, entre otros, con el fin de establecer normas que garanticen la vida social; se plantea un debate de fondo sobre la comunicación. Estamos frente a la ética comunicativa que ha crecido desde una visión individual hasta la ética comprometida con los seres humanos o seres de humanidad. La ética comunicativa implica en un mundo globalizado, afirmar el imperativo de una ética que considera a los seres humanos como parte de una comunidad humana universal unida por el lenguaje, por la comunicación.
La política que trata los asuntos relacionados con el gobierno, el poder, que puede ser definida como la ciencia, la técnica y el arte de gobernar, solo se entiende través de la comunicación o del lenguaje comunicativo. El mundo moderno considera la política como el arte, la ciencia y la técnica de comunicar.
En el mundo moderno gobernar es comunicar por la presencia de los medios masivos como por la propia naturaleza de la sociedad humana contemporánea. Se comunica a través de la palabra, los gestos, la conducta, el vestuario, el lenguaje corporal, los colores, la sonrisa y las diversas manifestaciones de los sentidos que buscan, consciente o inconscientemente, que un mensaje llegue a otro ser humano. Los políticos, pero no sólo ellos, deben entender que todo es comunicación, todo es imagen que se materializa en mensajes. Sabiéndolo, deben aprender a construir un discurso y mensajes. Antes de estudiar los medios y las técnicas modernas de comunicación deben contar con un concepto de la comunicación humana. A partir de este concepto es que se pueden construir políticas adecuadas. (Continuará).
Escrito por: Oswaldo Carpio para SanJuandeLurigancho.com
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