¡Conga NO VA! ¡Mistura NO VA! ¡Chincheros NO VA!
viernes, 24 de agosto de 2012 - 41233 vistas
Eros y tánatos, peleando diariamente en el Perú. Ingresar a la modernidad, avanzar al desarrollo, proyectar el Perú al mundo, implica enfrentar taras, clases, estamentos, ideologías, estructuras psicológicas y formas culturales reaccionarias. Ahora sucede que Mistura NO Va en el Campo de Marte de Jesús María porque destruirá el medio ambiente y está al servicio de la “gula de la derecha bruta y achorada”.
No es que la gastronomía peruana ha creado decenas de miles de empleos en las ciudades del país y está impulsando la producción agropecuaria nacional, que familias de origen popular han salido de la pobreza o de un estado de retraso y han empezado a crecer a partir de hacer mejor lo que hacen: cocinar y, organizadamente, crear restaurantes que dan trabajo a familiares y amigos al comienzo, y luego a decenas de miles de personas en forma directa e indirecta en todo el país. No. Para la mentalidad reaccionaria, Mistura sólo es un antro de “gula de la derecha bruta y achorada”, nada menos.
Pero igual sucede con el proyecto del nuevo aeropuerto de Chincheros en Cusco. El aeropuerto, se afirma, servirá para romper el equilibrio con la naturaleza, producirá ruidos, destruirá el medio ambiente, acabará con la idílica vida bucólica. ¡A quién se le pudo haber ocurrido proyectar un nuevo aeropuerto en Chincheros! ¡Chincheros NO VA! Se afirma que el proyectado aeropuerto, en suma, afecta al medio ambiente, a la sagrada naturaleza, a los bienes arqueológicos, a la tranquilidad de los pueblos, al Cusco, a su historia, a los ciudadanos del Perú y del mundo que echarán a perder, con el nuevo aeropuerto el mundo idílico del Chincheros actual.
¡Conga NO VA! Ese el camino a seguir. Como tampoco van, para algunos, las centrales hidroeléctricas, los túneles que atravesarán Puruchuco que luego de meses de discusiones y acuerdos entre el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Transportes y la Municipalidad de Ate, por fin llegaron a un acuerdo. No los túneles no van. Antes no iba el “tajo abierto”, ahora tampoco van los túneles que preservan el entorno cultural.
Una sagrada alianza entre el maximalismo anticapitalista, el eco-fascismo, los maoístas recalcitrantes, la izquierda fosilizada, algunos e influyentes arqueólogos utópicos, los intolerantes del pensamiento correcto y otros radicales extremos unidos contra la inversión, el progreso, el desarrollo. Esta sagrada y reaccionaria alianza afecta al desarrollo del Perú, demora las inversiones, atenta contra el trabajo de millones de emprendedores del Perú que desde hace décadas vienen impulsando empresas, negocios y creando sus propios empleos, estimulando, además, el desarrollo agropecuario, el turismo, la artesanía y otros tantos sectores.
Habíamos escuchado en la campaña electoral municipal del 2010 en Lima el lema: ¡No a la siembra de cemento!, con el cual se oponían a la construcción carreteras, pistas y veredas, muros de contención, escaleras, losas deportivas, agua y desagüe, electricidad, mobiliario urbano, plazuelas, entre otras inversiones que elevan la calidad de vida de la gente, mejoran el entorno, previenen enfermedades, ayudan a la recreación y al deporte entre otras consecuencias benéficas. Todo esas obras y servicios, toda esa infraestructura implica sembrar cemento. NO vamos a sembrar cemento, fue el reaccionario lema que felizmente ha sido superado y que está permitiendo que se invierta en infraestructura en Lima Metropolitana, en los distritos emergentes, que le cambian la vida a los barrios a decenas de miles de familias, que los sacan de la pobreza.
El Perú tiene un déficit de 45 mil millones de dólares en infraestructura que es uno de los requisitos para alcanzar el desarrollo. El otro es el capital humano y el capital social, claves para que la gente en el ejercicio de su libertada, puedan emprender el desarrollo. Chicheros es infraestructura aeroportuaria que conecta al Cusco al mundo en mejores condiciones, pues lo hace más competitivo. Se podrá recibir a más turistas y tratarlos con mejor calidad. Eso impulsará las industrias locales, la artesanía, los hoteles, restaurantes, etc. Pero en la mentalidad reaccionaria, el aeropuerto de Chincheros es sembrar cemento y, por ende, un atentado contra la naturaleza que hay que impedir.
¿Hasta a dónde se pretende llegar? Ingresar al siglo XXI requiere inversión, capitales que arriesguen y que lo hagan dentro del Estado de Derecho, es decir, cumpliendo las leyes. Se requiere desarrollo del mercado, incorporación de millones de peruanos a la vida democrática que es, también y sobre todo, el ejercicio del derecho a participar en los beneficios de una moderna economía de mercado no como receptores de programas asistencialistas, sino como ciudadanos protagonistas, personas autónomas, libres, independientes, emprendedores. Eso es la modernidad: libertad para pensar, actuar, emprender, libres de dictaduras, libres de dictaduras heterónomas, de poderes fácticos y del “pensamiento correcto”.
En la sagrada alianza reaccionaria anti-moderna, todo lo que rompa con los sueños bárbaros de la utopía reaccionaria es burgués, capitalista, imperialista y hay que rechazarlo. So pretexto de oponerse al capitalismo, al mercado, se oponen al desarrollo del país y se convierten en un obstáculo para el progreso de la gente.
Una sociedad es atrasada, también, por la acción de una cultura dominante, opresiva, que se opone -consciente o inconscientemente- al desarrollo que en el mundo de hoy sólo se logra con la economía de mercado, con el capitalismo. Pero, para las mentes reaccionarias, el capitalismo es sólo explotación, contaminación ambiental y daño a la naturaleza, violación del derecho de las gentes, además de egoísmo, individualismo, robo, globalización y mercado mundial. En suma, todo esto, dicen estas mentes reaccionarias, es expresión del mal, tal como lo expresa diariamente el grotesco Hugo Chávez que levanta sus armas contra la “burguesía”, el capitalismo, el demonio, el azufre, el infierno desde la cúspide de una dictadura que pretende barrer con la burguesía para seguir fortaleciendo una dictadura corrupta que genera violencia, caos so pretexto del “socialismo del Siglo XXI”, una “nueva sociedad” que no es otra cosa que lo viejo que fracasado en el mundo y que se autodestruyó estrepitosamente poniendo al desnudo 70 años de mentiras.
El Perú resultado de la conquista y de un sistema colonial que se materializó en la república como estructura semi-colonial, de capitalismo incipiente y semi-servil creó una mentalidad burocrática, de casta, señorial de dueños de la verdad. Al ingresar al siglo XXI, el Perú, luego de un largo, complejo y zigzagueante proceso ha empezado a crecer como ocurrió en otros períodos de la historia republicana que terminaron cuando mentalidades reaccionarias apuntaron contra el mercado y la libertad. En momento que las perspectivas económicas nos favorecen, asoman los agoreros del pasado que temen el crecimiento, que se espantan ante el desarrollo de una nueva clase media provinciana, mestiza e india, chola que tiene empresas de distinto calidad, que se incorporan al mercado, que se educan, que acumulan conocimientos y capital y que rompen viejas estructuras sociales estamentales y de casta Todo eso espanta a las mentes reaccionarias que se ocultan debajo de palabras “progresistas”. Aparece el “pensamiento correcto” que se alegra porque el proyecto Conga no va, por ahora; que promueve una vergonzosa y reaccionaria campaña contra Mistura y contra las inversiones y que, ahora, tampoco quiere el aeropuerto de Chincheros en Cusco.
El Perú tiene que superar el pensamiento reaccionario anticapitalista. Pero no solamente eso, tiene que superar las tendencias tanáticas, esas tendencias que juegan con la tentación del fracaso, que so pretexto de defender el medio ambiente y a los pobres, buscan el atraso, el subdesarrollo y, especialmente, la perpetuación de la pobreza. No solo nos atormentan los vivos, nos atormentan, también, los muertos y su mentalidad reaccionaria; el pasado semi-feudal, el pensamiento anti moderno. Avanzar hacia la modernidad requiere hoy, derrotar el pensamiento “correcto” que esconde una actitud, un punto de vista y una conducta autodestructiva, contraria a los intereses de la mayoría.
Escrito por: Oswaldo Carpio para SanJuandeLurigancho.com
Dejanos tus comentarios:
Siguiente >>
<< Anterior
Mas articulos de Oswaldo Carpio:
