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Oswaldo Carpio

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viernes, 5 de octubre de 2012

Reflexiones

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Reflexiones

viernes, 5 de octubre de 2012 - 40695 vistas
En la vida me he encontrado con personas excelentes, muy buenas, buenas, malas y muy malas. Creo que a todos nos sucede. El error es no profundizar en el conocimiento de los seres humanos, de sujetos o sujetas que, por alguna razón, construyen vidas sobre la mentira. Aprenden a fingir y viven fingiendo.

Lo que sorprende en la vida es la ingratitud, el egoísmo y la tendencia de algunos seres inhumanos a mentir con cinismo, calcular para robar el trabajo del otro y construir una imagen que no corresponde con la realidad. Se puede engañar a algunos algún tiempo pero no se puede engañar a todos todo el tiempo. Vivir en la mentira es un suicidio diario porque se instala la infelicidad que se pretende resolver con la alegría momentánea.
El que miente, engaña y roba, en realidad se miente así mismo; se engaña a sí mismo y se roba así mismo. Porque el peor engaño es el autoengaño. La alegría fingida es expresión de la infelicidad oculta. El que le roba al otro, tarde o temprano siente en su alma que se apropió, que sustrajo algo que no le corresponde. Eso que es impropio crea heridas en el alma. Por eso es que los que hacen daño al próximo nunca alcanzarán la felicidad... y el karma, se hereda, peor aún cuando el robo se concierta y se planifica, como proyección de los mecanismos internos heredados y construidos en la infancia. El mal interno se proyecta en el otro y se ceba en el otro. Pero todo eso que pretende hacer daño a las personas de buen corazón es pasajero para las almas nobles que construyen la vida diaria en otra dimensión.

He conocido gente maravillosa. Mis hijos que, desde niños, expresaron con intuición clarividente, un conocimiento sobre la gente y las personas. Mis hijos son la alta creación hecha por ellos mismos. Sus madres, son madres de gran corazón. Les agradezco por haberme dado cuatro hijos extraordinario/as, maravillosas, cuyas vidas tienen profundos valores y sentimientos éticos. Son unidos, se quieren, se escuchan, se apoyan y son sinceros y leales. Fueron hijos concebidos y criados con amor. Ellos/as son libres y están construyendo vidas en el amor, lejos del resentimiento, de las drogas y de la vida evasiva, disipada, superficial, en la que, por ejemplo, el sexo es evasión, irresponsabilidad o, curiosamente, venganza. Existe el sexo o el falso amor por venganza.

Todo lo que pasa por la mente debería pasar siempre por el corazón. El que ama, ama la verdad. El que tiene resentimiento nunca podrá ser feliz. El que engaña una vez y no entiende por qué, se mentirá siempre; cree que engaña y podrá seguir engañando a los demás. No podrá ser feliz. La única manera de ser feliz es entender que cuando se engaña y traiciona, la mentira y la traición es, en primer lugar así mismo. Por eso es que las personas de gran corazón son sencillas, viven sin discriminar, sin comparar, sin envidiar a otros/as. La envidia está en el corazón de personas que han sufrido alguna frustración o que han heredado las frustraciones sociales de sus familiares. Es el "karma" que ha tomado el corazón y que no logra liberarse. Se transmite a los hijos y a los nietos si es que no se realiza un gran esfuerzo por entender que el amor es incompatible con la deslealtad y la cobardía.

Lo que se consigue robando no crea felicidad. El que roba una vez cree que puede seguir robando pero su mirada, sus labios, su actitud, el "aura" proyecta algo que no se puede ocultar con la sonrisa que nace en la mente y se expresa en los labios. La verdadera risa, sonrisa, alegría se expresa en los ojos. El cuerpo habla. El rostro habla. La mirada oblicua se percibe, por más formas que se intenten utilizar para ocultar el espíritu.

La droga no es parte de la cultura que ha acompañado siempre al ser humano. La droga hace mucho daño a las familias y a los hijos. Es una maldad concebir hijos cuando se consume drogas. Pero eso es parte de la mentira. Los hijos sufren y no saben por qué. Un hijo/a que nace es un milagro y no se le puede abandonar ni menos concebir cuando se consume drogas. Eso no es tener corazón. Hay que resarcir, ayudar, apoyar las injusticias de los que han nacido como consecuencia de "injusticias naturales". Ellos no decidieron. El que ama, ama a los que sufren injusticias de la naturaleza o causadas por los que los engendraron. Esos seres humanos pueden ser de espíritus nobles si es que logran liberarse y conocer la verdad... y perdonar, crecer y superar aquello que heredaron pero que no construyeron. Construir es liberarse de eso malo que no fue construcción propia. Eso es renacer. Ese renacimiento es diario y doloroso. Pero los espíritus valientes se enfrentan logran crecer y vivir en armonía
Los niños son una maravilla y todos los niños que están cerca de ti los debes educar, criar, darles valores como si fueran tus hijos. En realidad son tus hijos. Actuar con paciencia y con capacidad para entenderlos. A veces te podrás desesperar pero los errores que puedes cometer en momentos de intranquilidad se recuperan si tu corazón está lleno de amor. Eso lo heredas de la madre y a veces del padre. Es por ello tan importante tener una madre maravillosa. Tuve la suerte de tener una madre maravillosa. Ella con su amor y su ejemplo, equilibra y construye todo lo bueno.
En el corazón, en los afectos, en la emoción y en el espíritu es cuando se sabe si una idea es correcta o incorrecta. Porque las ideas desconectadas de los sentimientos son simples formulaciones de la razón y ésta se equilibra cuando las ideas logran pasar la prueba del afecto, del propio y del afecto o amor a los demás. Eso lo enseñan los grandes maestros. Todo las ideas o las llamadas ideologías construidas sobre el odio: de clase, de raza, de exclusión, de superioridad, de envidia, de frustración de las familias decadentes que viven en la apariencia, en la pura forma... todo lo que se construye en el odio destruye pero, lo peor, autodestruye.
 
No se puede amar a los demás si uno no se ama a sí mismo porque esa falta de amor a uno mismo se proyecta a los demás. Por eso es una mentira decir te amo, cuando no amas, cuando no has superado tus traumas de infancia o de adolescencia. Eso genera infelicidad.

Solo se puede gobernar a los demás si se gobierna uno así mismo. Muchos de los que quieren gobernar, buscan resolver su propia incapacidad para autogobernarse. 

Muchas veces cuando vives y conversas con alguien comprendes que la otra persona no habla contigo, habla con la proyección que esa persona tiene de sí misma y ve lo que quiere ver, lo que su mente proyecta. Se idealiza el pasado, se vive en el pasado, se odia a la madre o se odia al padre. Es una forma de decadente nihilismo. De la misma forma cuando se construyen ideologías, formas "ideales" de sentir, de vivir y de entender la "realidad", abstrayéndose en realidad de ella. Las modas del "espíritu", de la nueva luz, de las nuevas religiones son un engaño más que consisten en la pura forma del vestuario y del lenguaje vacío. No se entiende que el ser humano habita en sus palabras, en su lenguaje y si éste no nace del corazón o si no pasa por él, se mueve en la farsa, en la falsedad, en la fotografía en la que todos sonríen para auto-engañarse.

No hay mal mayor que la vida de un cobarde o la cercanía a un cobarde o confiar en un cobarde. Entre el Cielo y el Infierno el cobarde opta por el miedo, se refugia en las drogas y disfraza su debilidad de carácter.
 
El hombre/mujer libre opta en la vida. Es fácil seguir las inclinaciones. La libertad y la capacidad para razonar y sentir, tiene que estar unida a la voluntad, a la tenacidad, a la disciplina, a un fuerte espíritu de lucha que persevera en valores. El cobarde se queda en el miedo. Traiciona a los otros pero antes se traiciona así mismo. Cuando se traiciona así mismo, trata de ocultar su cobardía en actitudes, formas, lenguaje que a veces es difícil de entender. Lo importante es examinar la relación entre las palabras y los hechos.
El cobarde traiciona y miente. El cobarde es maledicente. Se presenta como una "buena" persona, como un "buen padre" o como un buen profesional. Habla con gestos y formas falsas. Vive realidades falsas y cree que nadie se da cuenta que finge, que tiene miedo, que pasa por la vida representando lo que no es, adaptándose a las circunstancias, aprovechando cada circunstancia. Entre los arribistas sociales hay mucho de eso. "Líbrame señor de blanco pobre". El concepto popular del "blanco pobre" está vinculado a la idea de una persona que intenta arribar usando todos los métodos posibles hasta alcanzar el puesto ideal. Una vez en él se acomoda en forma permanente para establecerse.
 
El cobarde siempre crítica lo que hacen los demás pero nunca se atreve a ir más allá de sus fuerzas. Crítica a todos pero nunca va más allá de su propia comodidad.
 
El cobarde es tan falso como el cariño de una madrasta mala. El cobarde abusa y miente a los hijos, los engaña, les hace creer lo que no es. Es que el cobarde es pequeño de espíritu y no ha examinado en profundidad ni sus emociones ni sus valores. El cobarde abusa de los niños/as y tiene excusas para ello: las drogas, el alcohol, su infancia triste, el padrastro o el mal padre que lo maltrató. El cobarde también es infeliz porque todo en él es insincero. El cobarde es, también, un estafador profesional, capaz de "amistarse" con quien a torturado y él o el o la torturada, amenazada, maltratada, si vive en la mentira, olvida todos los maltratos del cobarde para intentar mostrar "superación" y alegría momentánea que intentan pasar por felicidad. Curiosamente al final las almas gemelas se unen.

En la vida te encuentras con gente noble, buena, que te ayuda a crecer. Esas personas auténticas, a veces pasan desapercibidas, porque no tienen delirio ni el afán de poderío ni se disfrazan con el oropel de la falsa "grandeza". A esas personas sencillas en apariencia deberías considerarlas, verlas, encontrarlas, porque ellas te ayudarán a vivir una vida más plena. Esas personas nobles pueden estar cerca de ti, hacen el bien sin publicitarlo. No engañan diciendo lo que no fue o lo que no es. Su vida es creativa, agradable, no conflictiva. Carecen de delirio de grandeza porque son grandes en su aparente sencillez.
Cuando te encuentres con una persona valiente, noble, de carácter, es decir, una persona de principios y valores que aplica en la vida diaria, acércate a ella y construye una amistad duradera porque encontrarás que todo eso tiene sentido.  La vida tiene sentido. La amistad tiene sentido.
 
El Cielo y el Infierno están en la tierra. Cada día tomas decisiones. En cada decisión puedes hacer de tu vida sea un Cielo o un Infierno. Cuando te equivoques no te maltrates. Lo importante es saber que cometiste tal error sin mala intención. Es cierto que de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno. Por eso es que al lado de la buena voluntad hay que poner el análisis racional. Debes atreverte a pensar. No temer a nada ni a nadie. Si debes tener cuidado porque el cobarde te traicionará. Eso es seguro. Pero si actúas cuidándote de los cobardes y eres prudente podrás cometer menos errores.

El amor tiene que estar en tu corazón para que lo entregues a los demás. Una vida sin amor es como comer arena o papel o intentar comer piedras.
Gracias a todos los hijos, hijas, familiares, amigos y amigas sinceros porque son felices y proyectan felicidad en los demás.  Todos somos portadores de mensajes. Es mejor que tus mensajes sean agradables, el hombre/la  mujer habita en sus palabras, en sus gestos, en la comunicación de su cuerpo que habla. Si sabes cultivar tu mente, tu espíritu y tus emociones estarás más cerca de hacer que tu vida sea un Cielo, que está aquí, ahora, en este mundo. Eso lo está argumentando la nueva teología que tiene que superar la metafísica y el nihilismo que te hace vivir una falsa vida pensando que después vivirás otra. Dios, el Cielo y el Infierno están aquí, ahora. Siempre tienes que optar. Recuerda siempre, que el rencor, el odio, la mentira nunca crearán felicidad ni a tí ni a nadie.
 
La vida tiene sentido, el sentido que tú le des, por tu bien y por el bien de las vidas que has creado y de la sociedad porque vives y vivirás en sociedad. Esa es la condición humana. Vivir en sociedad respetándote y respetando siempre a los demás.

 

Escrito por: Oswaldo Carpio para SanJuandeLurigancho.com

 

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