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Alianza Lima es la fiesta, la alegría del pueblo. La nueva camiseta de Alianza Lima es hermosa, con un diseño que une tradición y modernidad, un estilo que recoge la historia y que la sintetiza en barras perpendiculares un poco menos anchas, con cuello de camisa y de una textura inimitable. Excelente caída, elegante, dinámica, de muy buena calidad. Un espacio amplio en la espalda para colocar el número en rojo y una banderita peruana en la parte superior de la espalda. Es una de las mejores camisetas que he visto.

 

La noche blanquiazul se coronó con un resultado (6-1) que podría ser engañoso ya que el contendor, Vniversitario de Svcre, es un equipo muy pobre en fútbol y en jugadores.

 

El Alejandro Villanueva era una fiesta popular expresada en aplausos, cánticos, gente conversando alegre, alentando, saltando, haciendo olas, gritando, comiendo la clásica comida de estadio: seco, frejoles, arroz con pollo, pollo a la parrilla y sánguches, además de maní tostado, cancha, habas y otros “manjares” que la gente asocia al estadio, al fútbol, a la fiesta coletiva. Todo, felizmente, en paz, lo que demuestra que la violencia se produce por el rechazo al otro, por la relación tribal que se estable entre los hinchas. El fútbol es una pasión pero es, también, técnica, arte, ciencia, tecnología.

 

El fútbol, según Valdano, es lo más imporante dentro de las cosas menos importantes. El fútbol es una de las más hermosas creaciones culturales de la humanidad. Se juega asociadamente sin matar la creatividad individual. Se demuestra que el ser humano no una suerte de máquina colectivista. El sueño totalitario de un fútbol de equipo que juegue como un colectivo de abejas en forma automatizada, sin estrellas, sin que se de rienda a la individualidad, es una aberración más. Lo individual es parte del arte del fútbol. En el fútbol como en el cosmos hay estrellas.

 

Cuando la gente se siente libre da rienda suelta a su pasión creadora que podría ser aún mayor y que se elevará cuando disminuya la violencia en la sociedad y en el fútbol. El ser humano tiene un fuerte componente emocional –tenemos cerebro reptil, mamífero y neocortex- que puede construir fuerzas liberadores. El fútbol es un espacio de socialización y también de manifestación de las pasiones.

 

Se siente en la piel que Alianza Lima es una de las instituciones populares más fuertes del país pero que ha sido permanentemente maltratada, secuestrada por grupos inescrupulosos que usaron la institución para robar, así de claro, robarle el club al pueblo y robar dinero con toda clase de artimañas, evadiendo todo. El colmo ha sido el robo de toda la contabilidad para tapar una década de asaltos, hurtos, engaños con su doble o triple lenguaje. La escopeta de "mil cañones" tiene enormes ramificaciones. Pero, Alianza Lima, con un poco de orden ha logrado algo postivo en poco tiempo. No nos equivocamos al pelear, rechazar, luchar a costa de juicios y conductas difamatorias, contra estos grupos mafiosos. ¿El fútbol peruano podría ir a un Mundial si aplastara a estas mafias e instaurara un orden democrático construido en principios y valores? Si. Hay jugadores y hay un pueblo que desea victorias. Lo que no ha habido y no hay aún, como en el Perú, es una clase dirigente honrada, honesta, capacitada, con un discurso y mensajes adecuados, que se reflejen en una gestión competitiva. La ineficiencia supina no puede reemplazar a una gestión de delincuentes. Ser moderno es ser eficiente, competitivo y conseguir resultados. Todo ello en un orden democrático. Alianza Lima, la fiesta del pueblo, ha demostrado que se puede hacer las cosas bien. El camino es orden democrático competitivo y con un pueblo educado que supere la violencia. Un pathos creativo, una pasión constructiva, una emoción educada -todo se puede educar- puede dar lugar a esa unión maravillosa que es la vida humana post-moderna: cuerpo-mente-espíritu unidos en armonía para hacer de la vida un milagro diario que nos prepare para un nuevo milagro. ¡Arriba Alianza!

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