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¿Qué quieren los ciudadanos de Lima para el 5 de octubre del 2014?  El próximo alcalde, será el que reúna requisitos elementales.  A continuación lo que los ciudadanos evaluarán en el momento de emitir el voto dentro de menos de diez meses.

 

1.     Alcalde líder.  La gente buscará un líder metropolitano. Existe agotamiento de una forma de hacer política: el discurso etéreo, desconectado de la gente, de sus problemas reales, de sus vicisitudes cotidianas. La gente votará por una persona de carácter, valiente, decidida que persuada de convertir sus palabras en acción transformadora. Lima ha pedido cuatro años. Recuperar Lima implica liderazgo. ¿Qué es un líder? El que tiene una visión, un equipo con el que busca hacer realidad esa visión y seguidores (cientos de miles de seguidores y millones de electores). Liderazgo moderno que  logre una acción transformadora-modernizadora.

 

2.     Candidato con experiencia. Capacidad demostrada. El alcalde es un estadista de la ciudad. Los ciudadanos demandarán un candidato que demuestre capacidad. Lima es una ciudad sumamente compleja. El candidato debe haber tenido experiencia ya sea como alcalde distrital o como alcalde metropolitano, regidor, funcionario o asesor de larga e importante experiencia comprobada. La alcaldía no es para funámbulos ni para los que van  a aprender.

 

3.     Conocimiento de la ciudad, sus problemas y las necesidades de la gente. Los ciudadanos elegirá a alguien que conozca Lima, sus barrios, sus problemas. Alguien que sepa escuchar y que conozca los problemas reales de las familias, de los barrios, de las mujeres, de los jóvenes.  El candidato tiene que ser una persona enfocada, centrada, que apunte al centro de los problemas. Se sabe cuáles son los problemas inmediatos de Lima: seguridad, orden, transporte, tránsito, progreso para las Limas emergentes. No bastará “posicionarse” en el  tema de seguridad. Será necesario tener, junto a un conocimiento de lo inmediato, una visión amplia y pormenorizada de los grandes retos de Lima. Conocer para actuar. Plan Estratégico y acción poderosa.

 

4.     Contar con un equipo humano experimentado. Equipos que trabajen bien y rápido. Equipos humanos formados por personas experimentadas. Los títulos universitarios, los Phd en el exterior, los magíster, etc., son necesarios pero sin experiencia, no son útiles. El modelo de funcionarios “intérpretes de la realidad” fue superado, teóricamente, en el siglo XIX.  “Los filósofos se han dedicado a interpretar el mundo, de lo que se trata es de transformarlo”. Los ciudadanos apoyaran equipos humanos formados por profesionales que resuelvan problemas y no que los creen: competitivos, capaces, dialogantes, efectivos.

 

5.     Democracia eficiente. El alcalde es la autoridad más cercana al ciudadano. El ciudadano va a elegir un alcalde que escuche pero que sea eficiente y eficaz,  que resuelva los problemas reales que sean prioritarios en su agenda y que no postergue la solución de los problemas de la gente.  Elegirá a alguien que demuestre capacidad para tomar decisiones que beneficien a todos. No elegirán a alguien que divague. La gente votará por el que demuestre estar  en capacidad de resolver problemas elementales como el orden, la seguridad ciudadana, la limpieza y que entregue las obras justo a tiempo y que encare los problemas estratégicos de Lima, que la proyecte al futuro. Una democracia sin eficiencia no es democracia.

 

6.     Ciudad competitiva. Lima es la ciudad de los emprendedores que están, especialmente, en las Limas emergentes. Se elegirá al que demuestre que puede hacer de Lima una ciudad moderna, que se proyecte al mundo, que compita con las demás ciudades en atraer inversión, turistas, servicios de alta calidad: modernidad. Eso requerirá romper con la ideología del fracaso que, sin convicción, frena la inversión privada en sectores estratégicos de la ciudad como en la Costa Verde. Esta competitividad se deberá reflejar en un sistema de transporte de calidad, en un tránsito ordenado y en vías modernas en las que se respete al peatón.

 

7.     Sembrar cemento (realizar obra física). El que gobierna hace obras que mejoran la calidad de vida de la gente, que eleva su autoestima y lo hacen sentir, por ejemplo, que superó la etapa del AAHH y que “ya es urbanización”.  El déficit de Infraestructura en el Perú es superior a los 80 mil millones de dólares. En los barrios emergentes de Lima se requiere invertir en infraestructura básica: agua y desagüe, pistas y veredas, muros de contención, escaleras mejoradas, centros educativos, espacios para el deporte, la recreación, actividades culturales y comunitarias. “No vamos a sembrar cemento” es el lema del que no conoce ni en fotografía la vida de la gente de las Limas emergentes. Sembrar cemento es la base para construir ciudadanía porque al elevar la autoestima se crean las condiciones para creer en la democracia, en la igualdad, en la equidad, en la inclusión.  Sembrar cemento y crear ciudadanía son tesis complementarias. Esto implica, facilitar la inversión, las alianzas público-privadas, las obras por impuestos, las concesiones transparentes.

 

8.     Transparencia, honradez, honestidad. Pese a que en los ciudadanos afirman que “todos los políticos roban”, votarán, asimismo, por alguien que le genere confianza por su trayectoria y por la limpieza de actitud y la de su Equipo. Obras con transparencia. Acción con honradez. Discurso honesto en el que se cumpla la rendición de cuentas y se respeta al  ciudadano.

 

9.     Discurso para los jóvenes emprendedores. Los jóvenes decidirán quién será el candidato. Los jóvenes hoy son emprendedores. No quieren populismo. Buscan un líder que facilite su labor. El viejo populismo estará descalificado. El que conecte con los jóvenes, hombres y mujeres, emprendedores, ganará. En esta elección los nuevos electores tendrán el voto decisivo.

 

Perderán los que se enfrasquen en una confrontación o guerra sucia porque los ciudadanos están cansados de este tipo de política sucia.

 

Con estos requisitos, el candidato tendrá que lograr transmitir una imagen, una capacidad para comunicar, un discurso, una actitud, una fortaleza de carácter y un carisma. Esto será posible si cuenta con una estrategia y equipo capaz de convertir transformar sus propuestas en imágenes, en palabras creadoras, en frases convincentes, en suma,  en un discurso que tenga sentido, que genere empatía, credibilidad. En eso reside el arte de la campaña política. Se requiere que los candidatos se transformen en actores políticos auténticos que superen los viejos esquemas  y prácticas paupérrimos de la pobre cultura política peruana. 

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