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viernes, 29 de julio de 2016

Firme y Feliz por la Unión

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Firme y Feliz por la Unión

viernes, 29 de julio de 2016 - 30189 vistas

El primer mensaje al Congreso del presidente de la República Pedro Pablo Kuczinsky, luego de su juramentación, es de unión de todos los peruanos para alcanzar la modernidad. Se trata de un mensaje con el horizonte puesto en el futuro mediato, el 2021, y el inmediato: la lucha contra la corrupción, la inseguridad ciudadana, la gran modernización de la educación, la salud, la nutrición, los servicios de agua y desagüe, la lucha contra la pobreza y demás derechos cívicos, sociales y humanos. En el mensaje el pasado es una referencia implícita para no volver a cometer los mismos errores ni las mismas decisiones inconstitucionales y delictivas que dividieron y dañaron al país. El mensaje ha tenido una gran virtud: abandonar en los hechos una cultura de confrontación y divisionismo, apelando a la unidad de todos los peruanos con una mirada al futuro.

Unidad.

La primer frase de PPK ha sido "debo agradecer a todos y todas, a los que votaron y no votaron por mí". Esta primera idea reconoce que el país votó muy ajustadamente en la segunda vuelta y, por ende, el nuevo gobierno agradece y trabajará con todos.

Kuczinsky ha expresado un pensamiento moderno descartando la inutilidad de las luchas ideológicas. Su mensaje es moderno porque se inscribe en una visión que descarta las ideologías de odio –lucha de clases, naciones, razas, religiones, género o de exclusión de las minorías-, promueve, por tanto, la tolerancia, la igualdad de hombres y mujeres –igual pago por igual trabajo sea hombre o mujer- y, la idea fuerza que nos une a un futuro moderno: educación pública de alta calidad para ser competitivos en el nuevo mundo del mercado mundial cada vez más integrado, globalizado y unido Internet, las redes sociales y la revolución científica y tecnológica incesante.

Un país unido y estable es atractivo, además, para la inversión nacional y foránea. PPK ha afirmado que el Perú continuará la política de integrarse a la OCDE, lo que nos obligará a avanzar en la modernización, en la vigencia del Estado de Derecho, en la lucha contra la pobreza y en el fortalecimiento del capital humano y social en pos de la igualdad de oportunidades.

La afirmación de la idea fundadora de la Independencia del Perú como república soberana en un país “Firme y Feliz por la Unión” es clave en la nueva circunstancia de la sociedad del conocimiento. El objetivo de la vida humana es que las personas tengan la libertad para lograr la felicidad, lo que es posible como aspiración individual y social. El camino para alcanzar la felicidad es la unión en libertad. Es claro en la historia de los países modernos que la unidad sustentada en el respeto a las leyes y con políticas que disminuyan las desigualdades logra avances consistentes en mejor calidad de vida y, por ende, en mejores condiciones para alcanzar la felicidad. En medio de políticas de confrontación y exclusión eso es imposible para la mayoría.

Cultura de confrontación.

La política de división y confrontación permanente conduce a la parálisis y al caos. La cultura política peruana luego de la proclamación de la independencia ha sido de confrontación y división. En las últimas décadas -para no ir a una descripción de la historia del Perú- la cultura dominante ha sido la de “guerra civil permanente” como describe muy acertadamente Luis Bedoya Reyes cuando examina las políticas de la izquierda peruana, política que empezó con la misma república con guerras y golpe de estado por el poder y permanente exclusión de las grandes mayorías.

La cultura de confrontación que tiene asidero en las ideologías de odio no ayuda al desarrollo del país; cultura que se alimenta de un radicalismo infantil por el cual se compite por ser el más extremista, el más radical, el que pronuncia y promueve el lenguaje más agresivo, tosco e hiriente hacia sus adversarios o que trata a los adversarios como enemigos. La vieja división del país entre “buenos y malos” peruanos aún está vigente.

En nuestro subdesarrollo político y cultural, extrañamente, promovemos un medio ambiente sano y apelamos a la ecología como ciencia para evitar la destrucción de la naturaleza de la que formamos parte. Y, sin embargo, no somos conscientes que necesitamos, también, de una ecología política, es decir, una cultura política armoniosa, respetuosa del otro y que permita construir el futuro, superando esa forma de “guerra civil permanente” por la que se conduce la vida política y social del país. Esta cultura de confrontación tiene raíces, entre otras, de una vieja idea de la lucha de clases como “motor de la historia” y la “revolución permanente” con la “revolución cultural” a través de la cual se busca cambiar las cosas con una eterna confrontación política, asumida como el camino para la liberación humana y el desarrollo. La política de permanentes enfrentamientos ha fracasado pero sigue promoviéndose en los medios de comunicación, en las redes sociales, los principales partidos y, especialmente, por pequeños partidos extremistas.

La estrategia.

PPK ha expresado claramente el mensaje de unión de los peruanos -Sí a la paz, sí a la unión, no al enfrentamiento”-. Ha descartado, con el mismo énfasis, las desgastantes e inútiles discusiones ideológicas de una vieja cultura política -"el país no tiene tiempo para discusiones ideológicas"-. El horizonte es un país moderno y equitativo -"anhelo que en cinco años el Perú sea un país más moderno, más justo, más equitativo y más solidario"-.

La unidad es la estrategia por la que ha optado. Ha repetido varias veces: juntos lo podemos lograr. Esta estrategia de unir, sumar y trabajar para modernizar es fundamental. El Perú tiene la oportunidad de salir de una estrategia y cultura de confrontación que es el principal obstáculo para el desarrollo del país; cultura que está arraigada en los partidos y los ciudadanos. Confrontar, atacar, desdibujar al adversario, cosificarlo y convertirlo en el talibán, corrupto, narcotraficante, delincuente por herencia, etc., no nos ayuda. Nos ubica mirando el pasado y no construyendo y buscando puntos de contacto en la gran época de la comunicación global en la que se necesita de una ética de comunicación sustentada en la verdad y en la mirada puesta en el futuro. Por ello, es importante la afirmación de no ir contra la voluntad del pueblo que ha expresado luego de las elecciones. PPK ha sostenido en su discurso la idea de no ir "contra la voluntad del pueblo, esa es mi promesa".

Modernidad y modernización.

La tesis es clara: "ser un país moderno significa ser un país con igualdad de oportunidades"-. El horizonte del gobierno de Kuczinsky es alcanzar la modernidad para ello la estrategia es la unidad y la política fundamental es la búsqueda de la “igualdad de oportunidades”. No es el igualitarismo. Se trata de que las reglas de juego sean iguales para todos para que todos tengan las mismas oportunidades lo que implica que deben aprobarse políticas que disminuyan las desigualdades y hagan del Perú un país con mayor equidad. PPK ha destacado, igualmente, que su gobierno buscará políticas de igualdad con programas que fortalezcan la educación y salud, así como políticas que doten de agua y desagüe a todos. Ha expresado, en la que es su principal oferta en términos sociales que "todos los peruanos deberán tener acceso al agua potable y de calidad las 24 horas". Ha añadido que ese objetivo se logrará tal vez en siete años dada la diversidad y desigualdad del país.

En el tema de la educación, igualmente, PPK ha sido preciso en la necesidad de un cambio, apoyando claramente la gestión del ministro Jaime Saavedra que seguirá al mando de este sector estratégico. En el mensaje ha sido preciso "en el 2021 todos los niños tendrán acceso gratuito a educación de calidad", pues, “un pueblo educado no se equivoca".

Igualmente, PPK ha asumido el compromiso de trabajar "intensamente en salud pública", pues, "sin salud no hay desarrollo".

La igualdad de oportunidades la ha expresado en una frase que busca alejarlo de una ubicación política que lo encasille como de extrema derecha. Por ello dijo: "quiero una revolución social para mi país". El mensaje es claro: inversión social para la igualdad de oportunidades.

Lucha contra la corrupción.

PPK ha expresado que "necesitamos ser un país comprometido en la lucha contra la corrupción. Los invito a todos a luchar contra la corrupción" y ha añadido "no quedará crimen impune, los culpables serán entregados". Todo ello dentro del horizonte de ser un "país moderno" porque ser moderno “significa ser un país honesto y no corrupto". Esta versión de la modernidad como un país en el que se sanciona la corrupción es acertada porque implica un Poder Judicial independiente que investiga y sanciona dentro de un Estado de Derecho, es decir, en un país en el que las leyes se respetan y todos se subordinan a la Constitución y a las leyes.

La idea parece ser que el Congreso de la República se dedique, fundamentalmente, a dar leyes, representar y fiscalizar sin pretender convertirse en un Poder Judicial paralelo pero politizado, usado más para la venganza política que para la justicia. Es claro que es inadmisible un país moderno, desarrollado si no hay lucha clara, tajante y decisiva contra la corrupción. Este, como otros temas, tendrán que recibir la única prueba del buen gobierno: los hechos, la práctica, la acción gubernamental. No se puede conciliar con la corrupción que se ha convertido en un cáncer que destruye las instituciones privadas, el Estado y a los gobiernos subnacionales.

Seguridad ciudadana

Kuczinsky ha expresado que un país moderno es un país seguro. Ha expresado que hay que crear "condiciones de seguridad para alcanzar la anhelada paz". Los ciudadanos tienen como la mayor preocupación la seguridad ciudadana. En este tema ha graficado la seguridad en las ciudades con la idea de "compartir el sueño de vivir en ciudades menos enrejadas".

El derecho a tener agua se inscribe dentro de los nuevos Objetivos del Milenio pero en un mundo de ciudades. Las ciudades del país deberán ser seguras pero en una visión moderna: una cultura de paz, de fortalecimiento de la familia, de cuidado y promoción de la niñez y la juventud.

El Perú será más seguro con una disminución drástica sin tráfico ilícito de drogas y sin violencia contra la mujer y los niños.

En el discurso PPK ha expresado una visión moderna de defensa de la mujer, de rechazo a la violencia, a la exclusión, la discriminación y el maltrato a la mujer. Ha propuesto una política de igualdad de género que fortalece la seguridad de la familia y la sociedad.

Kuczinsky ha realizado una promesa que deberá empezar a cumplir desde el primer día de su gobierno. Ha señalado que "en el 2021, año del bicentenario, viviremos en un país seguro". El gobierno saliente fue desaprobado, principalmente, por no haberse logrado avances concretos en la lucha contra la inseguridad ciudadana.

Las omisiones

El primer discurso de PPK como presidente de la república ha tenido omisiones como la política internacional, de defensa, la lucha contra el narcotráfico, la promoción de la producción interna, la política cultural, el turismo y otros temas que deberán ser abordados por Fernando Zavala presidente del Consejo de Ministros y el ministro de Economía Alfredo Thorne. Los ciudadanos, junto a la lucha contra la corrupción y por la seguridad ciudadana quieren un país siga creciendo, creando empleo, más exportaciones y atrayendo inversiones.

Un asunto importante es la política cultura que es transversal. El país debe construir una cultura tolerante y que promueva valores. La televisión es hoy una actividad des-educadora. La cultura no es sólo la difusión del arte y la tan importante defensa del patrimonio. La políticas culturales atraviesan todo en la sociedad. Por ende, este es un asunto clave para el futuro del país. La referencia al arte y la música como obligatorios junto a la educación cívica ha sido fundamental. Es una buena señal.

Ha estado ausente, asimismo, un tema clave para el país: el de las ciudades y un nuevo urbanismo en la modernización de las ciudades y la preservación de del patrimonio urbano virreinal, republicano y arquitectónico. El siglo XXI es considerado por la ONU el "Siglo de las Ciudades". En el año 2030, el 75% de la población mundial vivirá en ciudades cifra que ya se ha cumplido en el país. Por ende, promesas como la seguridad ciudadana, educación, agua y desagüe, entre otras sólo son posibles si se promueven políticas de vivienda, transporte, tránsito, vialidad; medio ambiente, espacios verdes, etc., en un visión moderna de las ciudades. Todo ello implica construir un cultura de paz y de respeto en las ciudades del país que hoy son espacio para la prepotencia, la violencia, la intolerancia y la ley del más agresivo y violento.

De otro lado, en el tema internacional el nuevo gobierno debe salir de la política de silencio frente a la situación del pueblo de Venezuela en el plano internacional. Y, en el nacional, se deberá examinar la política de lucha contra el narcotráfico y el narcoterrorismo. Igualmente, la participación de las FFAA en esta lucha, la que se presta a la corrupción. Igualmente, en la política de seguridad ciudadana se deberá enfatizar en la reforma y modernización de la policía así como en la lucha contra la corrupción.

Todas estas omisiones serán tratadas, seguramente, por el Presidente del Consejo de Ministros en su presentación ante el Congreso de la República. El horizonte político, la estrategia y las prioridades han sido señaladas en una visión general. El siguiente paso serán las medidas concretas. Habrá que esperar hasta el mes de agosto.

 

Escrito por: Oswaldo Carpio para SanJuandeLurigancho.com

 

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