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lunes, 1 de agosto de 2005

La descentralización en el Mensaje de Fiestas Patrias del Presidente Alejandro Toledo

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La descentralización en el Mensaje de Fiestas Patrias del Presidente Alejandro Toledo

lunes, 1 de agosto de 2005 - 46821 vistas
En el Mensaje de Fiestas Patrias a la Nación, Alejandro Toledo ha pasado a la ofensiva. El discurso, expresó la voluntad política del Gobierno de intentar salir de una situación de defensiva -en la que se encuentra desde el primer año de gobierno por sus propios errores y por la acción de la oposición democrática y de sectores antidemocráticos que desde el comienzo buscaron su fracaso- con el fin de enfrentar, en mejores condiciones, la campaña electoral presidencial del 2006. Bajo esta premisa es que se debe evaluar el mensaje de Fiestas Patrias y el tema de la descentralización. El mensaje, sin duda, ha sido optimista y triunfalista, pues en rigor, no se trató de un balance sereno y equilibrado, sino más bien, de una plataforma política electoral, que se propuso resaltar los éxitos alcanzados en cuatro años de gobierno, minimizando y ocultando el retroceso, el estancamiento, los errores y fracasos en temas claves. Alejandro Toledo y la alianza gobernante, intentará salir de la defensiva estratégica, generando hechos políticos, buscando poner la agenda en la coyuntura, generando -con ello- mejores condiciones para la etapa final de su gobierno. De esa forma, se pretende una mayor aprobación y mejores resultados en los procesos electorales del 2006. Es en ese contexto que debe examinarse el tema de la descentralización, una de las banderas más importantes de este gobierno. Es justo, en este sentido, compararlo con los gobiernos precedentes. Sin duda, el de Alejandro Toledo es cualitativamente superior a los anteriores en el tema de la descentralización. Sería injusto y mezquino no reconocerlo. El gobierno del Alan García fracasó totalmente en la descentralización. El Tren Eléctrico, un tema de la municipalidad provincial de Lima, fue manejado por el Alan García. La regionalización mal conducida se politizó hasta entrampar y paralizar a las regiones. Alberto Fujimori anuló la regionalización con el beneplácito de los ciudadanos. El régimen de Fujimori fue uno de los más centralistas de la historia del Perú, calificado por ello del hipercentralista. Restó competencias, funciones y recursos a las municipalidades provinciales y distritales. Saboteó en forma encubierta y abierta la acción del gobierno municipal de Lima y fomentó los enfrentamientos entre alcaldías provinciales y distritales. Entonces, en esta comparación el gobierno de Alejandro Toledo es inmensamente superior en el tema de la descentralización. Ha aumentado la transferencia de recursos, competencias y funciones. Sin embargo, es preciso señalar que ha sido insuficiente. Las municipalidades siguen manejando un porcentaje pequeño de recursos en relación al conjunto del gasto nacional, lo que demuestra que no hay una firme voluntad política en el Gobierno, pero tampoco en el Congreso de la República para avanzar aún más en este proceso. En el último año de este gobierno, los alcaldes deben presentar iniciativas para modificar la Ley Orgánica de Municipalidades, con el fin de aumentar los recursos y competencias de las municipalidades, fortalecer los Gobiernos Municipales. Las propuestas de ANADIS deben hacerse realidad. Un tema a examinar, como ejemplo de un diagnóstico equivocado, es el de la seguridad ciudadana. Alejandro Toledo expresó que presidirá una reunión del Consejo Nacional de Seguridad que aprobará un Plan Operativo y que luego se reuniría con los alcaldes. Añadió “la ley a veces no es el problema, sino la implementación de la misma”. Este es un diagnóstico inadecuado. La seguridad ciudadana es un tema que sufren todos los peruanos -especialmente los más pobres-, los turistas y los empresarios. La inseguridad daña la imagen del Perú y afecta especialmente al turismo. ¿Se trata de nuevas reuniones o de cambiar políticas? Creemos que es lo segundo. Se debe aumentar el presupuesto de la PNP con el fin de que cuente con nuevas comisarías y mayor número de efectivos policiales. Modificar las leyes para que la labor de las municipalidades provinciales y distritales salga del limbo en materia de seguridad ciudadana. Definir la labor del Serenazgo: ¿puede detener o no? ¿Debe llevar armas o no? ¿Es una policía local o no? ¿Se afirma a la PNP como una Policía Nacional con funciones definidas y al Serenazgo como una Policía Local como existe en otros países democráticos? ¿En dónde, cómo y quiénes capacitan a los efectivos del Serenazgo? Estas definiciones, de todas maneras, requieren el fortalecimiento de la PNP, de su presupuesto y del aumento del número de efectivos y de una mayor especialización. Tal como están las cosas el serenazgo está neutralizado en su accionar frente a la delincuencia. De otro lado, la PNP cuando coordina con las municipalidades, lo hace sin convicción, buscando más bien, obtener recursos adicionales para cubrir sus magros ingresos. En la asociación entre la PNP y las municipalidades, salvo excepciones, no hay una voluntad política de complementación y de aceptación del liderazgo del alcalde. Pasar competencias sin recursos no es un buen camino. La creación de las Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana, es una solución parcial -un paliativo-que expone a los vecinos a la delincuencia. No se trata, entonces, de más reuniones efectistas. Se trata de cambios reales que incidan en un cambio en la cultura política centralista, corrupta, burocrática, indolente e ineficiente. En la seguridad ciudadana como en el de la descentralización, se trata de realizar cambios en las leyes y en la conducta, que permitan romper el entrampamiento que paraliza, dándoles mayor poder a las municipalidades, capacitando intensivamente a los alcaldes, regidores y funcionarios, con el fin que se hagan cargo de los programas sociales, la educación, la seguridad local, el tránsito y el transporte, la salud local, entre otros asuntos. Se requiere voluntad política para que el proceso de descentralización iniciado no se detenga y, en el más corto plazo, el Perú sea realmente un país con un régimen político democrático y descentralizado. En resumen, hay un avance parcial en relación a los gobiernos precedentes pero no en relación a otros países de América y Europa. El nuevo gobierno deberá impulsar la reforma y modernización del Estado y de la sociedad, con el fin de cambiar los viejos vicios del Estado peruano, y construir un país y un Estado moderno, democrático y descentralizado.

 

Escrito por: Oswaldo Carpio para SanJuandeLurigancho.com

 

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