¿Qué es peor: crear un banco o asaltar un banco?
viernes, 11 de abril de 2008 - 45311 vistas
Durante la crisis europea de los años 30 en Europa, la intolerancia, el espíritu de venganza, las tendencias irracionales sustentadas en ideologías que pretendían pasar como ciencia, como verdades irrefutables, se apoderó de Alemania e Italia. Pero, al lado de ellas, el totalitarismo comunista con la idea de una sociedad proletaria, sin clases, pero dirigida por el partido comunista -el actor conciente de un proceso inconciente- predestinado a alcanzar un sociedad planetaria basada en la igualdad y la destrucción de todos los opositores para instaurar el comunismo, atenazó al mundo. Esa tendencia encabezada por Lenin y luego Stalin, eliminó a decenas de millones de personas en los campos de concentración que controlaron y en los que empezó esta forma industrial, masiva, ordenada, sistemática de destrucción de la vida de todo aquel que se opusiera al poder dominante. No solo se eliminó la libertad sino la misma idea de libertad. Lenin decía que la libertad es un prejuicio pequeño burgués, por ende innecesario.
Los años 30 fueron cruciales para la humanidad y la llevaron a un callejón sin salida. Tanto el comunismo totalitario como las fuerzas políticas organizadas de los fascistas y los nazis, amenazaron a las democracias liberales de occidente. Vale recordar que el autoritarismo japonés y el comunismo chino de Mao Tse Tung, avanzaron en el oriente tanto para enfrentar a occidente como para aplastar y someter a sus opositores.
Fue una época brutal, sangrienta, de confrontación, conflagración e intolerancia permanente que abarcó todos los rincones del mundo. Nadie se salvo. Incluso en América Latina hubo quienes vistieron camisas pardas, camisas negras, levantaron las manos usando o imitando los signos y los símbolos de los partidos totalitarios. En Argentina Juan Domingo Perón colaboran de manera encubierta con los nazis. En el Perú, grupos diferenciados se alinearon las distintas fuerzas totalitarias. Todo ello desembocó en los gulags, los campos de concentración, el asesinato de los opositores, la persecución de los que pensaban diferente, la eliminación de los niños con Síndrome de Down, los gitanos, los homosexuales, los judíos y de todos aquellos que podrían ser un obstáculo. Los rusos desaparecieron/asesinaron a las Fuerzas Armadas polacas. Eliminaron uno a uno a sus 22 mil miembros de un balazo en la cabeza.
Los totalitarismos que arrasaban todo aprovechando el miedo, la tensión, la ignorancia, la ira y la necesidad de venganza tuvieron aliados en las fuerzas económicas que vieron la oportunidad de los negocios.
La banca, el capital financiero especuló, financió, obtuvo ganancias y se mantuvo durante ese período brutal de deshumanización absoluta. Sin embargo, el capital bancario y financiero se mantuvo. Aprovechó a través del secreto bancario para asegurarse grandes fortunas obtenidas del crimen sangriento, del oro arrancado de las dentaduras de los asesinados, de las joyas robadas a los asesinados, de las obras de arte robadas impunemente. Nunca como en esa oportunidad se pudo decir y sostener que gran parte del capital financiero creció en medio de la sangre, el saqueo, el robo y "el secreto" de las fuentes.
El mundo de hoy, el mundo del nuevo milenio, el mundo de este año 2007, está amenazado y sumido en una profunda crisis por la especulación financiera. Es el totalitarismo del capital financiero especulativo. Es la "timba" mundial. Es el juego insaciable por el dinero que abarca todo el mundo. Desde aquel que se oculta para especular hasta aquél demagogo que pide que el precio del petróleo siga subiendo con el fin de contar con ingentes recursos para financiar sus proyectos utópicos-totalitarios.
Junto a las nuevas guerras, a las ideologías totalitarias que ponen por encima de todo a las fuerzas del mercado, subsumiendo el origen de la sociedad abierta, democrática y libre, reduciéndola a fuerzas basadas en el interés económico, la especulación, la ganancia rápida, fácil, instantánea, sin esfuerzo, con creatividad para el pillaje y el saqueo. La intolerancia de los maximalistas del mercado y la intolerancia de los nacionalistas reaccionarios. Ese mundo está nuevamente copando la escena mundial y se expresa en la más grande especulación inmobiliaria en los Estados Unidos de Norteamérica pero, asimismo, en la especulación con los precios de los comodities: el petróleo, las materias primas, el oro, los alimentos, el bio combustible, la especulación generalizada que es una nueva amenaza para el mundo. Todas las compras a futuro están sustentadas en el miedo.
Los capitales especulativos tienen una otra cara que les reponde de manera intolerante: los nacionalismos socialistas o los nacional socialismos de individuos como Hugo Chávez que utiliza las súper ganancias obtenidas por el petróleo para ejercer políticas populistas de dominación interna y de sometimiento a gobiernos débiles y oportunistas como el de Evo Morales de Bolivia, Correa de Ecuador y el impresentable Daniel Ortega de Nicaragua. Es una dupla la de los productores que se unen para subir los precios y las de los grandes conglomerados petroleros que obtienen enormes ganancias. Son hermanos siameses que aparentemente se odian, se rechazan pero están junto, pues siguen haciendo negocios por sobre todas las cosas. Se ha formado un eje en América del Sur que en aparenta una confrontación con la intolerancia de los especuladores del mercado mundial, pero que se alía a los regimenes más retrógrados del mundo como las dictaduras teocráticas musulmanas en las que la democracia y la libertad son un mal de occidente, en la que la mujer no vale nada, en la que existe la policía religiosa que impide que una mujer pueda tomar un café en un lugar público con un amigo, en la que e impide el ejercicio de sus libertades básicas desde su forma de vestir y qué estudiar, y en donde la intolerancia crece y se extiende aprovechando el oportunismo y el pragmatismo como sucedió en los años 30.
El mundo tiene que ser reformado desde cada país.... y una de las mayores reformas inmediatas, urentes, radicales es la del capital financiero que es capaz de controlar los países y el mundo, jugar con el dinero, convertir el mercado mundial en una suerte de Las Vegas sin límite, pues la ambición, la angurria por la ganancia no tiene límite. Por eso la pregunta de Bertold Brecht en los años 30, es clave: ¿Qué es peor, crear un banco o asaltar un banco? ¿Qué es peor crear conglomerados, grupos financieros inescrupulosos que estudian diaria, obsesiva y en forma permanente los puntos débiles de la economía, encontrar los espacios para "invertir", comprar, vender, especular...y, de otro lado, los bancos centrales de los países, que emiten y emiten ad infinitum papel moneda, dinero que cada vez más no vale nada.
Hoy en el Perú los bancos están atiborrándose de soles. Van dejando el dólar, pero siempre pagan tasas de intereses a los ahorristas más bajas que la propia inflación. Las diferencias entre las tasas de interés activa y pasiva son muy claras... y se distribuyen las tarjetas de crédito sin límite. "Este mes no pagues". "No te conformes"·sigue gastando, hasta que pasen la factura. Se ha denunciado que se cobran tasas de interés anuales mayores al 100 por ciento. Pero los incautos, los desinformados, los que creen en la publicidad, los que nos saben que hacer con sus pequeños ahorros ingresan en la bolsa y pierden. Cambian los dólares que reciben de sus familiares en el extranjero y pierden... Siempre los pequeños, los que trabajan, los que luchan por una mejor condición de vida, pierden. Pierden los jubilados, pierden los que trabajan y quieren invertir. Pierden los medianos y los pequeños como en Argentina con el "corralito".
Estamos ya en una seria crisis financiera mundial. Estados Unidos está ingresando a una seria recesión originada por la especulación hipotecaria y financiera. Se sigue emitiendo papel moneda sin límites para que el mercado siga activo. ¿Tienen algún respaldo esos papeles moneda? Por eso, nuevamente la pregunta: qué es peor crear un banco o asaltarlo. ¿Qué hacer frente a esta realidad que tiene en vilo al mundo entero y que golpea, como siempre a los más pobres y a los sectores medios? ¿Alguien se atreverá a plantear una reforma del sistema financiero mundial? ¿Alguien se atreverá a poner freno a los capitales "golondrinos", alguien se atreverá a enfrentarse a la banca insaciable que propone reglas de juego que ella misma no respeta? El capital financiero puede significar un aporte para el desarrollo económico de los países y los pueblos del mundo, pero tal como está es intocable. Las reglas a través de los gobiernos la crean ellos y los organismos reguladores, regulan muy poco.
En medio de una intolerancia creciente, en medio de una suerte de confrontación entre distintos totalitarismos, las fuerzas de la armonía, de la tolerancia, de la convivencia pacífica, de la reforma y de la búsqueda de un sentido a las cosas y a la vida, deben tender a unirse a fin de conformar una fuerza alternativa. Como en los años 30, no son los extremistas los que tienen la razón. No son los que están a la sombra de las fuerzas totalitarias y que se benefician insaciablemente, saliendo bien librados, los que tienen que seguir imponiéndose.
Es imperativo empezar a dialogar, a razonar, a buscar formas de vida social, económica, cultural que busquen un sentido racional, solidario, razonable, integrador, respetuoso en la vida de los seres humanos tanto individual como socialmente. ¿Tiene sentido, por ejemplo, que el barrillo de petróleo esté hoy por los 110 dólares aproximadamente? ¿Tiene sentido que los precios de los alimentos en el mundo hayan subido en más de un 50 por ciento en algunos casos? ¿Tiene sentido que todos admiran el modelo económico chino pero no quieran ver que está construido sobre la base de una dictadura del partido comunista que no cree en las libertades democráticas, en los derechos humanos, en la libertad de conciencia, en la libertad religiosa, de pensamiento, de desplazamiento y de organización de vías diferentes a las que los jerarcas consideran el único camino a seguir?
Es imperativo construir una nueva moral, una nueva forma de vida humana, evitando toda forma de salto al pasado de las viejas ideologías bañadas en sangre, en mentiras y el crimen.
Hay que atreverse a enfrentar a la fácil y extraña adaptación. Enfrentar la tendencia a aceptar lo que existe... pero, también a rechazar y enfrentar a los que pretenden "cambiar" el actual mundo intolerante, con nuevas intolerancias chauvinistas, nacionalistas, regionalistas y localistas ad infinitud que en lugar de buscar integrar, reconociendo y recuperando lo avanzado por la humanidad en la vida democrática, la libertad, los derechos humanos, etc., buscan oponer a la forma de vida predominante en el mundo, formas superadas por la historia... y los protagonistas de estas "alternativas" son militarzotes ignorantes verborreicos que intentan pasar como nuevo las más vetustas ideologías que han causado tanto daño y olor a la humanidad.
Por ello, es preciso no caer en los cantos de sirena. Es preciso buscar una tercera vía de reforma, de cambio, de transformación, pero desde una vía de armonía en la que busque un nuevo sentido a la vida de los seres humanos. Armonía que una, que integre, que acepte que somos una unidad contradictoria en la que el sentido está en la búsqueda permanente de un mundo armonioso en sí mismo. Ese nuevo sentido debe rescatar que somos seres sociales por excelencia y que debemos salir de la intolerancia-mediocre existente. Para ello se requiere imaginación y ser mejores. Imaginación, aristoi-los mejores y areté-la excelencia espiritual, corporal, intelectual, emocional en nuestra relación con nosotros mismos, con la sociedad y con la naturaleza. Armonía, equilibrio, inteligencia, razonabilidad, compasión, diálogo, comunicación, respeto y comprensión del otro... entonces solo entonces, podremos crecer desde nuestro ser hacia otra forma de vida. Vivir la vida como un arte, desprendiéndonos de esa piel del pasado que hace fácil la manipulación de las "masas". Dejemos de ser masa. Dejemos de ser juguetes de la publicidad que nos ofrece maneras de vivir sin sentido.
Podemos hacerlo desde nuestra vida personal. Cambiar nuestros hábitos, ir contra la corriente, actuar con ojos que ven al otro, lo respetan y dialogan con él para construir una vida mejor para todos. Hay que poner la imaginación como fuerza creadora permanente. Entonces, podremos salir de la metáfora de Bertold Brecht que describe un aparente mundo sin salida: qué es peor crea un banco o asaltarlo. Ni crear un banco ni asalto. Crear una vida nueva desde lo cotidiano, abandonando toda ideología que nos intente dar una explicación de la totalidad, convirtiéndonos en títeres de esas falsas alternativas.
¿Qué es peor: aceptar las actuales formas de vida sin intentar reformarlas o confrontarlas o aceptar las alternativas de oposición radical actuales, que son una salida sin salida, pues son más de lo mismo y que nos tendrá atrapados, como los perros o los gatos que dan vueltas y más vueltas mordiéndose la cola?
Seamos optimistas, empecemos el cambio hoy mismo, cambiando nuestras conductas, siendo lo suficientemente fuertes para unir voluntades constructivas que no se unan a ningún extremo, pero que tengan la capacidad de frenar todo tipo de forma totalitaria en la vida del siglo XXI que no debe ser la prolongación de lo peor del siglo pasado. No nos tropecemos, con la misma roca, pues ya no sería con la misma piedra. Pongamos como icono el espíritu, la vida como un arte, superándonos día a día, aceptando a los otros, compadeciéndonos, respetándolos, no instrumentalizándolos. Los seres humanos somos fines en sí mismos... El camino está en reconocernos como un milagro de la vida que merece vivir un mundo mejor.
Escrito por: Oswaldo Carpio para SanJuandeLurigancho.com
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