Definición del objetivo estratégico : Análisis electoral
miércoles, 4 de noviembre de 2009 - 45592 vistas
Esta es una parte de la técnica de las campañas electorales y de la elaboración estratégica que requiere la mayor escrupulosidad. El mayor error en estas circunstancias es realizar lanzamientos, concertar alianzas, iniciar campañas, convocar a la prensa, iniciar caminatas y otras acciones, sin saber, siquiera, en dónde están nuestros votos y en dónde se encuentran nuestros potenciales electores, en dónde somos fuertes y en dónde débiles, en donde tenemos posibilidades de empezar a crecer y también, en dónde es fuerte y débil nuestro principal competidor. Si actuamos en el terreno en donde somos débiles, tendremos muchas posibilidades de no realizar progresos. Crecer estratégicamente, depende de estudios correctamente realizados, que nos ofrezcan caminos para crecer. El camino del triunfo está en la mente del estratega.
Otro error frecuente, es considerar la realización de estudios cuantitativos como un gasto y no como una inversión estratégica. Este error va de la mano con el de considerar la experiencia inmediata o la intuición o el “olfato político” como el mejor instrumento para guiar la acción. También es frecuente intentar “ahorrar” en encuestas, contratando a empresas o a personas que recién empiezan en esta actividad. Así, se comenten nuevos errores, pues una mala encuesta se convierte en un nuevo obstáculo para la elaboración estratégica. Por ello, lo mejor, es realizar estudios con empresas especializadas, que garanticen una aproximación rigurosa a la realidad. Debe quedar claro, también, que la encuesta no es la realidad sino una aproximación a ella y, de otro lado, que la realidad se transforma si se cuenta con una estrategia y con los recursos necesarios.
Realizar un objetivo y preciso análisis de los resultados electorales es clave para establecer los votos de la estrategia cuantitativa pues así definiremos: en dónde se encuentran los votos de nuestros electores, en dónde los votos de los electores indecisos, en dónde los votos de nuestros competidores. Siguiendo este procedimiento, se establecerá los blancos u objetivos, evitando el mal uso de recursos humanos, económicos y financieros.
Realizar el análisis electoral requiere una encuesta de intención de voto realizada con el mayor rigor. En la vida y en la política, el peor engaño es el autoengaño. Una mala encuesta es como realizar un mal estudio de laboratorio para realizar un diagnóstico. El diagnóstico será malo y las medicinas también.
En segundo lugar, se requiere contar con los resultados de las dos últimas elecciones a fin de determinar el número de votos del candidato del partido por regiones, provincias y distritos, así como el voto rural y el urbano, el masculino y el femenino, por edades, etc. si las elecciones son nacionales. Si son regionales, provinciales y distritales, se requiere los resultados electorales por provincia, distrito y barrios dentro del distrito. Estos datos se obtienen a través del estudio de los votos de las Mesas de Sufragio. Una vez realizado el análisis, se establecerá un orden de prioridades de votaciones, se calculará el total de electores que asistirán a votar y se proyectará el concepto de los votos válidos para identificar cuántos votos necesitamos para ganar la elección.
Realizados los estudios objetivos tendremos: los resultados del análisis electoral histórico, los resultados de la intención de voto de las encuestas recientes y el cálculo del número de votos válidos. Todo ello nos dará el paradigma que establecerá la votación objetivo o votación hipotética por localidades.
Tendremos así tres variables:
Vo: Votación objetivo.
Vh: Votación histórica
Va: Votación actual
La votación objetivo, es, entonces, el resultado de la votación Histórica (Vh), la votación Actual (Va) y las nuevas variables electorales (Ve).
Las cuotas de votos establecidas por el análisis electoral deberán ser realmente alcanzables evitando toda inclinación a inflar cifras que nos conduzcan a actuar fuera de la realidad. Con cifras obtenidas escrupulosamente, estableceremos los votos necesarios para ganar una elección, enfocando nuestra campaña electoral. Establecida la votación objetivo general y la votación objetivo por localidad, todos los esfuerzos tendrán blancos precisos. Sabremos cuántos votos necesitamos para ganar y en dónde están. La claridad en el objetivo estratégico busca justamente eso: que “la flecha dé en el blanco” (Sun Zi), evitando disparar sin ton ni son. El mayor logro estratégico es ganar sin usar las armas; rendir al enemigo (competidor) sin luchar es la cima de la perfección. Todo ello es posible con una estrategia certera y uno de los fundamentos es el análisis electoral riguroso. Jamás se debe reemplazar el análisis por la emoción o los prejuicios.
Escrito por: Oswaldo Carpio para SanJuandeLurigancho.com
Dejanos tus comentarios:
Siguiente >>
<< Anterior
Mas articulos de Oswaldo Carpio:
