Quienes hemos defendido la democracia sabemos cuánto cuesta lograrlo. Nuestro país, tiene una memoria frágil, no recordamos quizás el capítulo más negro de la historia moderna, entendemos; entonces, que no deseamos para nuestro hijos una historia similar, aún así no hemos podido desenquistar la corrupción de nuestro sistema y mucho menos la podredumbre que en los petroaudios se nos muestra.
La mafia fujimostesinista, no está lejos, está vigente y presente con más fuerza en las elecciones municipales que se nos viene, ya no es un escándalo el transfuguismo y las maniobras para opacar la calidad humana de serios candidatos con harta mierda publicada en periódicos y folletos de dudosa reputación.
No cabe duda que el deseo de perdurar en el poder, haciendo uso de artimañas y fuerza es una ofensa a la democracia, al derecho de opinión, de elegir y ser elegido, y si no se tiene la capacidad de confiar en que una transparente y efectiva gestión son el éxito de asegurarse votos es porque algo sucio existe. Las peores gestiones son aquellas que sustentan su alcance al desconocimiento de su realidad y necesidades, es por ello que sólo se dedican a despilfarrar nuestra contribución en adornar la ciudad, en sólo colocarle una máscara y el desarrollo que debe suplir nuestras más agudas necesidades esta siempre ausente.
Me encuentro camino a Lima, brevemente ausente de mi barrio, pero presente gracias a la modernidad de los medios de comunicación como el Internet, gracias a ello tengo conocimiento de lo que se acontece en nuestro distrito y resalta la cantidad de correos y noticias de vecinos que se quejan de una pesada, absurda y exagerada propaganda y con mano prepotente interrumpe cualquier intento de otras personas a participar libremente en lo nuevos comicios electorales.
A la casa de mi hermano llegó un contingente de partidarios de nuestro actual alcalde, con la promesa de solucionar cualquier problemita (chantaje), sí dejaba que coloquen una propagandita, se trató de una gigantografia de 1 x 3 mts., felizmente ya la retiraron y hoy sirve de techo para el corralito de pollos, es decir nuestras aves miran la sonrisa de Kuori y Burgos.
Que nos impide lanzar un grito de protesta para impedir tal abuso, sería una excelente idea dejar de lado el caudillismo de algunos para lograr la modestia de trabajar juntos en la defensa de un derecho legítimo y constitucional a la práctica democrática, porque no encabezar una marcha que coloque en su sitio a cualquiera que ofende un principio humano y cívico, pero también debemos estar alerta en aquellos que desean regresar con piel de cordero, debemos dejar la estúpida idea que un alcalde puede ser bueno, aunque robe pero que haga obra; no señores, eso tampoco debemos tolerar, nunca al borrón y cuenta nueva.
Cuando uno se asquea, simplemente hace dos cosas elimina la podredumbre o se acostumbra a ella. En este caso, prefiero lo primero, y eso hace que me pregunte cómo lograr que nuestro distrito logre con existo su desarrollo, le respuesta es: una gestión pura, participativa, democrática y que oriente con proyectos sociales elevar la calidad de vida.
Explotar nuestros recursos valorando sus particularidades y de esa forma lograr una educación contextualizada a nuestra realidad, pero sobre todo brindado una verdadera oportunidad a nuestros jóvenes para que no se pierdan en el camino. ¿Qué me faltaría si deseara ser alcalde?, por qué no serlo y cómo lograrlo son parte de un camino que me encantaría construir con quienes desean acompañarme en este proyecto de desarrollo.
Propongo; no un discurso, sino una gestión construida con valores infrecuentes en nuestra política como verdad, transparencia y honestidad, mi visión es alcanzar el desarrollo, desarrollo, desarrollo; en lo cultural, social y económico.
Podría ser alcalde, soy hijo de esta tierra y la conozco desde sus entrañas a lo largo y ancho, la quiero y respeto. Si usted estimado lector se anima con mis palabras, sólo espero su apoyo sincero y decidido, pero como esta idea no es sólo mía, sentiré que tengo la obligación de compartir el poder, para lograr una gestión que lo escuche, que lo involucre y que finalmente, sienta usted que estamos en buen camino, necesito de su participación.